12 de abril de 2009

Me he supervitaminado y mineralizado como ya dije antes. Han sido casi diez días de los buenos, de los de no tener que estar pendiente del móvil para recibir un abrazo, simplemente con alargar el brazo ya he podido tenerlo, poder mirar al frente y poder reflejarme en esos ojos que quiero poder ver siempre al despertar por las mañanas. Pero como siempre me pasa, el tiempo corre más cuanto más a gusto estás. Debería ser al revés, los malos ratos pasarse rápidos y los buenos hacerse eternos pero dicen que si fuese así no les daríamos el valor que realmente tienen.
No me gustan estos "hastaluegos", aunque se que no pasará más de un mes hasta la próxima vez pero ahí es cuando el tiempo se eterniza, cuando las semanas parecen meses. No me basta con oír tu voz a través del teléfono, quiero que me haga cosquillas al oído cada vez que me dices te quiero y quiero dar paseos al lado del mar cogidos de la mano, como ayer. Quiero mi vida contigo aunque me asuste lo que tengo que hacer pero hace ya tiempo que se qué es lo que realmente quiero. Recuerdo que ayer en el coche me decías, piénsatelo bien...hace mucho tiempo ya que está pensado y repensado pero eso no quita que me asuste el cambio.

Hace poco mas de dos horas que te has ido y ya te echo de menos. Bueno, realmente desde que has salido por la puerta que te estoy echando de menos.